jueves, 19 de abril de 2007

VIAJES POR EL SCRIPTORIUM

Autor : PAUL AUSTER
Editorial : ANAGRAMA

Cuando lees algo de Paul Auster tiene la virtud de no dejarte indiferente y,aunque la historia que cuente, pueda gustarte o no,lo cierto es que la continúas hasta el final porque quieres saber cuál será su desenlace.No te da las cosas hechas,siempre subyace algo que hace que intervengas e intentes deducir tus propias conclusiones.
He leído dos veces el libro (son sólo 185 pgs.) porque la primera vez lo leí a ratos y mal,sin concentración.Auster siempre requiere algo más de atención.Y más con este relato.
En esta ocasión el propio autor se convierte en personaje,Mr Blank.Se imagina a sí mismo,quince,veinte años más viejo,con dificultades locomotoras,confinado en una habitación,con pérdida de la memoria,si acaso algunos retazos muy vagos de la niñez o de la adolescencia.Dispone de un escritorio donde se apilan varios montones de folios mecanografiados y unas cuantas fotografías.Los montones de folios representan sus obras escritas (leerá el inicio del argumento,y lo completará,de una primera novela de su juventud que no llegó a publicar y,al final,comenzará a leer la novela que nos ocupa,su última novela).Las fotografías se suponen personajes relacionados con él.Ni unos ni otras conseguirán traerle recuerdos vivos.
La acción se desarrolla durante un día completo en el que por la habitación desfilan diversos personajes con los que presiente no haber sido justo en el pasado y por su mente circulan espectros que le acosan y escucha el lamento colectivo de los personajes de sus novelas que le reprochan haber sido insensible al dolor de ellos.Y se siente consumido por un implacable complejo de culpa.
Su ùltimo personaje,Mr.Blank,él mismo,se encuentra confinado en esa habitación como castigo por el grave perjuicio que les ocasionó.Le acusan de indiferencia criminal,acoso sexual,homicidio involuntario,difamaciones,asesinato en primer grado y mil cosa más.
Paul Auster,al convertirse en personaje,consigue un doble objetivo: redimirse por todo ello con el castigo inexorable de la vejez y el confinamiento y,al mismo tiempo,sobrevivir a sí mismo,porque los presonajes siempre sobreviven a la mente que los creó.
Paul Auster ha cumplido 60 años.Es de mi generación.No sé si este libro lo ha escrito demasiado pronto o es que tiene la intención de dejar de escribir.Espero que no sea así.Sus múltiples seguidores nos encontraríamos con un gran vacío difícil de rellenar.

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