lunes, 28 de abril de 2008

DIRIGIR CINE

Sigo con lo mío. Aprender es lo que tiene.
En esta ocasión se trata de un libro muy breve. Apenas llega a las cien páginas. Sin embargo es de lo mejor que he leído sobre cine: claro, conciso, práctico y alejado de esas incomprensibles perífrasis de los libros de estética franceses.
David Mamet es, para mí, uno de los dramaturgos y cineastas más interesantes. Autor de guiones como 'Los intocables de Eliot Ness', director de películas como 'Edmon' y escritor de obras teatrales tan impresionantes como 'Glengarry Glen Ross', Mamet es uno de los últimos defensores de la esencia cinematográfica prescrita por gente como Eisenstein -en su 'Teoría del montaje'- o Pudovkin. Para él, el cine surge de la yuxtaposición de planos inintencionados, y lleva esto hasta el extremo de convertilo en un elemento de medición del respeto del director hacia el público. Incansable buscador de la sencillez y la exposición mínima de los rasgos de autor, la historia es lo importante para Mamet, y el director se mostrará inteligente en la medida en que tenga esto presente y utilice el lenguaje cinematográfico para contarla, nunca la narración literaria.
No puedo estar más de acuerdo. Durante muchos años nuestro cine ha adolecido precisamente de un exceso de 'narración' y de 'verbalización'. Y no me atrevería a decir que esto se ha superado.
En cualquier caso, en este pequeño libro Mamet transcribe una clase magistral que impartió a unos alumnos de una escuela de cine. El director desgrana su teoría poniendo ejemplos prácticos en los que los alumnos participan aportando sus puntos de vista, no siempre coincidentes con el maestro. Creo que es la forma más amena de explicar lo que quiere decir.
Para aquellos que gozan con el séptimo arte, es un libro imprescindible.

MAMET, David, 'Dirigir cine', diciones El Milagro, Madrid, 2007.

viernes, 11 de abril de 2008

NUEVAS AVENTURAS DE UN GUIONISTA EN HOLLYWOOD

Ya sé que últimamente mis lecturas se han centrado mucho en lo tocante a cinematografía, pero de alguna forma hay que aprender…
Para los que no sepan de William Goldman, decir que se trata de uno de los mejores guionistas que ha habido es decir poco; además, es un gran novelista y un divertidísimo narrador. Ha sido responsable de maravillas como 'Dos hombres y un destino', 'Misery', 'La princesa prometida', 'Marathon man' y 'Todos los hombres del presidente', entre otras muchas obras. Dotado de una mirada cínica y un maravilloso talento para el guión cinematográfico.
A principios de los '80 Goldman escribió un divertidísimo libro titulado 'Aventuras de un guionista en Hollywood', donde ponía a parir a todo cristo viviente, empezando por los propios productores. A pesar de ser por aquel entonces uno de los mejores guionistas, le costó un veto no escrito en todos los estudios que duró más de cinco años. Veinte años más tarde, repleto de éxistos -y de dinero-, se toma la revancha escribiendo una nueva entrega. Goldman es divertido y mordaz como pocos, acérrimo enemigo de las complicaciones narrativas y defensor a ultranza de la autoría conceptual del guionista. El libro está repleto de divertidas anécdotas dispuestas de manera inteligente para hacer ameno algo tan farragoso como puede ser hablar de cómo se escriben guiones. No duda en poner ejemplos, propios y ajenos (desde la escena del salto al río en 'Dos hombres y un destino' hasta la de la avioneta de 'Con la muerte en los talones'), para ilustrar esta clase magistral. Y culmina el libro ofreciendo un guión específicamente escrito para la ocasión y dándolo a leer a conocidos guionistas para que lo analicen y lo pongan a parir. De esta manera aporta distintas perspectivas, a cual de todas más interesante, de un mismo trabajo.

GOLDMAN, William, 'Nuevas aventuras de un guionista en Hollywood', Plot Ediciones, Madrid, 2002.