lunes, 16 de abril de 2007

IRLANDA

Supongo que un viaje también forma parte de la Cultura. Conoces otros pueblos, otras gentes, otras formas de vida.
Estas cortas vacaciones he leído poco. Pero he viajado atravesando 1200 kms. de tierras irlandesas donde las palabras que más frecuentemente se escuchan son “excuse me” y “sorry”; donde los edificios de las principales ciudades no superan, en su mayoría, las tres alturas de pisos; donde los cuervos pululan por todas partes como aquí las palomas; y donde la cultura de la cerveza, especialmente la Guinness, es motivo constante de convivencia en los numerosísimos pubs que se encuentran por todas partes.
Tierra de pocas montañas, si acaso colinas, y extensas llanuras, cubiertas por el verdor de la hierba que crece y alimenta al ganado vacuno, ovino y caballar diseminado por toda su geografía, lagos de relucientes aguas y hermosos pueblos con casas pintadas de vivos y variados colores, costas con playas de limpia arena plateada y grandes, enormes, impresionantes acantilados de hasta 200 m. de altura donde anidan variadas aves marinas.
Y, sobre todo, Historia, muchísima historia que comienza en los asentamientos de Brugh Na Boinne del periodo Neolítico y que va dejando huella constante con la presencia de numerosos castillos, abadías y catedrales a lo largo de nuestro recorrido.
Si a esto añadimos que tuvimos sol todos los días excepto una mañana cuyo cielo amaneció cubierto de nubes, pero sin lluvia, podemos asegurar que este viaje, corto de duración, largo de kilometraje, realizado sin tregua y con apenas descanso, fue una auténtica delicia.
Este es el apretado diario que Leonor, Clara, Jose Miguel, Nacho y Rafa hicimos desde la mañana de Jueves Santo hasta el martes siguiente.

PRIMER DIA
Salimos del aeropuerto de Manises a las 2h.30m. p.m. y aterrizamos a las 4h. 30m. p.m. en el aeropuerto de Dublín. Sin pérdida de tiempo recogimos el coche de alquiler que teníamos reservado y nos dirigimos hacia Kilkenny,ciudad situada unos 120 kms. hacia el sur, desde la que, por una serie de intrincadas y estrechas carreteras, pudimos llegar a nuestro primer destino, “Hartford House”, un B&B en medio de la campiña irlandesa en el que la amable y siempre sonriente Mary nos esperaba con un té y unas pastas de bienvenida. Tras acomodarnos, ya anocheciendo, nos acercamos a Callan, un pequeño pueblo cercano en el que sólo pudimos cenar una hambuerguesa o una pizza en un local de comida rápida. Eso sí, entramos en uno de los dos pubs que había abiertos y nos tomamos la primera cerveza, una Smithwicks, mientras por la tv retransmitían el partido Sevilla-Tottenham. Tras un corto paseo regresamos al B&B.

SEGUNDO DIA (Kilkenny – Cashel – Cork)
Tras pernoctar y desayunar opíparamente (por lo menos 1000 calorías) fuímos a visitar Kilkenny de la que cabe destacar su gran castillo, respetado por el paso del tiempo,,que fue fortaleza de la familia más poderosa de Irlanda, los Butlers, condes y duques de Ormonde. Es importante también la Catedral de San Canice, cuyas obras se concluyeron en 1285, con su bien conservada torre circular de 30 m. de altura, anexa al edificio, que data del año 849.
Desde Kilkenny nos dirigimos a Cashel, donde se eleva, en medio de una solitaria llanura, una escarpada colina, “ The Rock of Cashel”, coronada por un conjunto de edificios medievales, elegida como fortaleza por los Reyes de Munster, que gobernaban en el sur de Irlanda.
Es hora de dirigirnos más hacia el sur, hasta un pueblo costero, Cobh, donde hizo escala el “Titanic” para embarcar a gran cantidad de emigrantes en busca de un futuro mejor que jamás llegaron a conseguir. Un monumento de bronce, representando a una familia irlandesa, conmemora la tragedia acaecida hace 95 años.
Estábamos muy cerca de Cork y acudimos a la que había sido residencia de Nacho durante los últimos seis meses para cargar todas sus pertenencias, puesto que tenía que desplazarse a Limerick donde realizará sus prácticas durante un periodo de otros seis meses en Analog Devices, una empresa importante dedicada a lo suyo de chips y cosas de esas raras de electrónica. El coche parecía de emigrantes marroquíes trasladándose de Francia a Marruecos en plena canícula estival. Había que hacer ejercicios de contorsionismo para subir y bajar del coche, entre sartenes, edredones y fardos variados que no cabían en el maletero.
Esa noche nos instalamos en las afueras de Cork, en un hotelito de una gran cadena, Travelodg, que no sabría si recomendar a alguien.
En Cork sólo pudimos permitirnos un paseo nocturno y un café. Era Viernes Santo y la mayoría de pubs y restaurantes habían cerrado. No se servían bebidas alcohólicas. Hasta en el supermercado se impedía el acceso al pasillo donde estaban ubicadas. Pese a todo, el centro estaba concurrido y animado.

TERCER DIA (Killarney – The Ring of Kerry – Limerick)
Enfilamos carretera hacia Killarney, ciudad turística del suroeste, bulliciosa, de gran colorido, con numerosas tiendas, pubs y restaurantes, que sirve de base para acceder a las bellezas paisajísticas de los alrededores. Cercano a ella se encuentra el “Killarney Nacional Park” con hermosas colinas, bosques y lagos donde está emplazada “Muckross House”, una de las principales casas solariegas de Irlanda, de estilo isabelino. Fue construída en 1843 y sus propietarios la cedieron a la nación irlandesa en 1932. En ella se compedia el estilo de vida de los terratenientes victorianos, hay talleres de artesanía y se ha constituído una granja para criar y evitar la extinción de la raza vacuna autóctona, denominada vaca de Kerry, única en el mundo, que es totalmente negra.
Continuamos nuestro viaje adentrándonos en “The Ring of Kerry”, una carretera circular costera que rodea la península de Iveragh y nos detuvimos en SNEM, un encantador pueblecito en el que, por fin, comimos cocina tradicional irlandesa. Nuestro menú consistió en crema de champiñones acompañada por un delicioso pan negro untado con mantequilla, guisado de cordero y ensalada de salmón. .Todo ello regado con una buena pinta de Guinness. (Más calorías.¿Quién piensa en esos momentos en el colesterol y otras minucias?).
Viendo que no había tiempo suficiente para hacer todo el recorrido por el anillo de Kerry decidimos regresar en dirección a Limerick y localizar la nueva vivienda de Nacho que resultó ser un acogedor unifamiliar con jardín delantero y trasero, a compartir con dos compañeros de trabajo y una farmacéutica vasca. Tras desahogar el vehículo del exceso de equipaje nos lanzamos en busca de “Clifton House”, nuestro B&B que tardamos más de la cuenta en localizar y en el que Kevin, su propietario, estaba esperándonos para atendernos con gran amabilidad. Era sábado, salimos a la búsqueda de un lugar donde cenar y acabamos en un chino de lujo donde nuestras ropas viajeras desentonaban con la arregladísima clientela que llenaba el concurrido local. Dimos un paseo por la zona céntrica con el cuello de nuestras prendas de abrigo subido, mientras las nativas paseaban despreocupadamente con vestidos de tirantes y minifaldas.

CUARTO DIA (Acantilados de Moher – Galway – Dublín)
A las 7 h. a.m. en pie, como todos los días. Tras la pertinente ducha Kevin nos tenía preparado un suculento y completísimo desayuno del que dimos buena cuenta y, tras despedirnos efusivamente, nos pusimos en camino rumbo a “The Cliffs of Moher”, unos impresionantes acantilados que se elevan hasta 213 m. de altura a lo largo de 8 kms. de costa, una maravilla geológica en cuyo punto más elevado destaca la O´Briens Tower, mirador desde donde, en días despejados, se pueden contemplar lugares bastante alejados. Lástima que esa mañana amaneciera brumosa. Pero valió la pena llegar hasta allí.
Nuestro recorrido nos llevó hasta Galway,cuarta ciudad de Irlanda,cuya zona céntrica es un laberinto de estrechas calles llenas de tiendas, pubs y restaurantes con fachadas pintadas al estilo tradicional con variados y vivos colores. Músicos, predicadores, malabaristas y todo tipo de atracciones callejeras amenizaban nuestro tranquilo paseo. Era domingo. Destaca de la ciudad el “Spanish Arch” construído en 1584 para proteger los envíos de vino y brandy procedentes de la península ibérica. También es de mención la “Catedral de la Asunción y San Nicolás”,tan grande que los vecinos la llaman el “Taj Michael” (pronunciado Mijaul) en honor al primer obispo que tuvo.
También comimos bien ese día,otro guiso de cordero al romero,con gran cantidad de puré acompañándole, “moussels” (mejillones de la zona con un caldo lechoso) y el consabido pan untado con mantequilla,todo ello regado nuevamente por una pinta de Guinness.
Por la tarde atravesamos Irlanda de oeste a este (unos 220 kms.) para regresar a nuestro punto de partida, Dublín, donde, sin grandes dificultades, pudimos encontrar el “Mount Eccles Court”, albergue que habíamos podido reservar, con suerte, para las dos noches siguiente, lugar de encuentro de gente, generalmente joven, de distintas procedencias y aspectos variados. El lugar se pudo soportar. En Dublín el paseo nocturno nos llevó a la zona de “Temple´s Bar”, red de callecitas empedradas,repletas de pubs superanimadísimos en los que no cabía ni un alfiler. Porque hay que decir que allí el lunes de Pascua también era festivo.

QUINTO DIA (Brugh Na Boinne – Dublín)
Desayunamos en el albergue de forma ligera. Allí no era como en los B&B. Nos dirigimos unos 30 kms. al norte hacia “ Brugh Na Boinne” donde visitamos los asentamientos y túmulos funerarios de Knowth y Newgrange de origen neolítico, reconstruídos y recreados no hace demasiados años. Son unos montículos creados por el hombre (el más grande, Newgrange, tiene 11 m. de altura por noventa de ancho) rodeados por un gran encintado de grandes piedras talladas con dibujos geométricos,principalmente espirales. Tienen un acceso al interior por un pasillo que lleva a una pequeña cámara con varias oquedades donde se depositaban los restos incinerados de los fallecidos. Exteriormente y separado había un círculo de enormes piedras colocadas en sentido vertical,de las que se conservan algunas muestras,que servían de protección a los que vivían en el recinto. Se desconoce cómo pudieron ser trasladadas dichas piedras desde su procedencia, “The Wicklow Mountains”, a 70 kms. de distancia.
Dedicamos la tarde a visitar dos lugares de referencia en Dublín, “The Trinity College” y “The Guinness Storehouse”. La catedral estaba cerrada y al castillo no llegamos a tiempo. Los museos no nos interesaban en este viaje.
Al primero se accede por una puerta que te aleja del tránsito de la ciudad para encontrarte en una enorme plaza con edificios circundantes de distintas épocas. El colegio lo fundó Isabel I en 1592 y fueron añadiendo edificios durante los siglos XVIII y XIX. Lo más destacado de todo es la biblioteca,una inmensa sala alargada y abovedada con su techumbre de madera, de dos pisos de altura,que contiene miles de antiguos volúmenes entre los que destaca el “Book of Kells”, manuscrito del siglo IX.
El “Guinness Storehouse” es el edificio donde Arthur Guinness,que compró los terrenos en 1759, construyó la fábrica de cerveza que hoy lanza al mercado 1º millones de pintas diarias. En el interior del antiguo edificio se ha creado una estructura de seis pisos de altura,moderna y funcional, por la que te vas desplazando y conociendo el proceso de fabricación de la cerveza. Desde los ingredientes naturales,pasando por la maquinaria que se fue utilizando desde sus inicios,los medios de transporte que se emplearon,las campañas publicitarias realizadas a lo largo del último siglo y gran cantidad de recuerdos,hasta llegar a lo más alto donde, en una terraza circular completamente acristalada, disfrutas de unas magníficas vistas de la ciudad y te deleitas con una nueva pinta de Guinness.
Tras otro largo paseo que nos lleva por la “ Christ Church”,la principal catedral de Dublín,por el Parlamento y por las cercanías del castillo,nos dirigimos de nuevo hacia Temple´s Bar que ya no presenta el bullicio de la noche anterior,atravesamos el “O´Conell Bridge” y ante la estatua del singular personaje descansamos un rato mientras Leonor y Clara hacen las últimas compras de avituallamiento para la cena y el desayuno,tras lo cual, regresamos al albergue.Es nuestro último día.Mañana hay que madrugar para ir al aeropuerto,devolver el coche sin un rasguño y embarcar en el avión que nos traerá de regreso.
Espero que los que leais este diario de viaje,soñeis y os imagineis los sitios descritos,viajando mentalmente hacia ellos hasta que lo podais hacer de forma física. Vale la pena.
Si quereis ver algunas imágenes de los sitios descritos podeis clicar en
http://picasaweb.google.es/rareru/ViajeAIrlanda03?authkey=0szyqYZDt1g

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