lunes, 22 de enero de 2007

PELICULA: BANDERAS DE NUESTROS PADRES

¡Qué racha llevo, caray! Primero fue 'Mentes en blanco', a continuación llegó 'Babel' y ahora, como si de una maldición se tratase, la decepción ha hecho presa del mismísimo Eastwood: ¡¿Por qué?! ¡¿Qué le está pasando a todo el mundo?! Mi tabla de salvación, la tiara sacra del séptimo arte a la que me acojo cual creyente enfebrecido cuando los malos tiempos arrecian ha caído preso de la fragmentación posmoderna, de esa discontinuidad temporal que todo lo une excepto las emociones. ¿Tan hartos están de las estructuras temporales clásicas que tienen que buscar su destruccion sistemática, sin justificación, sin más razón que la del adolescente: "porque mola"? No se trata de un David Lynch jugando al narrador esquizofrénico, es Clint Eastwood, el sacrosanto padre de la causalidad, el último bastión del cine clásico, de las referencias emblemáticas a Preston Sturges, Ford, Capra y a cien más quien se ha puesto a jugar con el tiempo: ¡Y qué desastre! ¡Qué manía les ha entrado a todos con los flashbacks contínuos, los discursos circulares y no sé cuántas cosas más! ¡No, Clint, no! ¡Mal, muy mal! Como dice mi padrino: ¡Manos de carbonero! Si alguno ha visto 'Banderas de nuestros pares' imaginaos que en lugar de ese constante ir y venir al pasado y al futuro la narración hubiera sido así:
Comienza con el hijo periodista recopilando los objetos de su padre, decide escribir su historia, y un objeto o incluso un entrevistado nos introduce de golpe en medio de la batalla. A partir de aquí vemos las distintas peripecias de los protagonistas, muchas de ellas son acciones destinadas a bajar de un pedestal a los héroes, igual que en la película, pero sin querer, la casualidad de una foto absurda los convierte en héroes. Son aclamados, les montan un paripé de no te menees a su pesar, y luego se olvidan de ellos. Acaba la guerrra y nadie les recuerda. El declive. Con las mismas escenas, las mismas imágenes. No hace falta rodar más ni quitar nada, sólo montar las imágenes con otro orden y tenemos una estructura perfecta, simétrica. Ascenso del héroe y descenso a los infiernos, y sólo el verdadero héroe sobrevive al desastre. Pero a su manera, porque no es una historia de héroes al uso. Son héroes 'desheroizados'. Pero el camino del padre también habría sido el del hijo: relato clausurado con las líneas abiertas de los héroes caídos en desgracia. Se cuenta lo mismo, pero de esa manera permite empatizar con los personajes, construir con ellos las emociones. Permitiría incluso que el hilo conductor fueran las entrevistas, y no como ahora, que lo mismo da que pase a una entrevista que nos lo cuente la maldita voz en off o que nos meta un flashback, porque todo vale. Pues no cuela, porque no todo vale. ¡¿Tan difícil es de entender?! ¡¿Es que va a resultar ahora que Aristóteles era gilipollas?! Resultado de la innovación: un tostón de película.
Eso sí, Clint Eastwood continúa siendo uno de mis compositores favoritos. Pero ya véis, a falta de historia, uno se dedica a escuchar la música, a mirar la fotografía y toda esa clase de cosas que no deben verse en una película si está bien hecha. ¡Menos mal que existe el DVD! Voy a resarcirme con un buen chute de Kurosawa, que me acabo de comprar Kagemusha. Que nadie me espere despierto.

2 comentarios:

Pepe Sepulveda Sanchis dijo...

Ye Kurreras no dejas a titere con cabeza macho ya pareces mi padre. No he visto las peliculas de las que hablas asi que me callo. Por cierto llevo tiempo haciendo una coleccionde peliculas te pasare una lista y asi podemos intercambiar y asi no nos gastamos la pasta en las mismas. Una peli que siempre he querido ver y que no encuentro (creo que no ha salido en DVD) es el cerebro de David Niven no se si la tienes. Por cierto de kurosawa las tengo casi todas ran, los 7 samurais, dersu uzala, the hidden fortres y algunas mas
bueno animo con la critica que te has hecho el amo del blog sanchis

Kurro dijo...

Ni siquiera sabía que existiera esa peli, la de David Niven. Por lo de compartir películas, sí que tengo bastantes en casa, aunque no tantas como quisiera. No suelo bajar películas de internet. Tan solo aquellas que no se editan o que están descatalogadas, pero si quieres alguna y la tengo, cuenta con ella.
Respecto a la dureza de la crítica, sí, lo admito, me he dejado llevar. ¡Pero es que ya son muchas las decepciones! (snif, snif) Y sin embargo debo ser yo quien está equivocado, porque el mundo alaba esas cintas y sin embargo denosta 'La joven del agua', que a mí me ha parecido un cuento maravilloso, y eso que no suelen gustarme ni los 'cuentos' ni las películas de Shyamalan. Sé que analizada racionalmente no se sostiene, pero mira, me agarra desde el primer título de la película y no me suelta hasta el final... ¡me encanta! ¡Es tan ingenua!